Si bien es cierto que los perros pueden ser fieles compañeros, guardianes y amigos, también pueden ser extremadamente peligrosos. Por eso es importante saber qué hacer después de una mordedura de perro.
Los perros más amigables a veces pueden volverse agresivos, especialmente si se sienten amenazados o frente al impulso de defender su territorio. Por lo tanto, es una buena idea tener en cuenta algunos consejos básicos para evitar un ataque de perro.
Los ataques de perros, aunque sean poco frecuentes, pueden provocar lesiones graves y traumas duraderos. Saber cómo evitar un ataque de perro y tener estrategias en mente puede ayudar a mantenerse a salvo.
La siguiente guía contiene consejos esenciales para evitar un ataque y, en caso de suceder, las medidas legales a tomar.
Busca atención médica inmediata
Si has sido mordido por un perro, es importante buscar atención médica inmediata. La atención médica temprana puede ayudar a prevenir complicaciones y a reducir el riesgo de infección. Es importante recordar que las mordeduras de perros pueden ser graves y requieren tratamiento médico adecuado. No subestimes la gravedad de la mordedura, incluso si parece menor, ya que las infecciones pueden desarrollarse rápidamente y causar problemas de salud.
¿Cómo se determina la responsabilidad frente a un ataque de un perro?
Cuando un perro ataca, la víctima tiene derecho a demandar al dueño del perro en la mayoría de los casos. Los dueños de perros son responsables por las lesiones causadas por sus mascotas, si se cumplen ciertas condiciones, independientemente de cualquier conocimiento previo del comportamiento agresivo del perro.
Además, ciertas razas de perros son estadísticamente más propensas a atacar y causar lesiones, lo que resalta las responsabilidades legales del dueño. Aquí algunos factores que a menudo justifican una demanda y determinan la responsabilidad del dueño de la mascota:
Conocimiento previo del comportamiento del perro
La víctima debe demostrar que el dueño tenía conocimiento previo de la naturaleza agresiva del perro para establecer la responsabilidad.
No se provocó al animal
En la mayoría de los casos, la víctima deberá demostrar que no provocó al animal. Provocar puede incluir burlarse, molestar o agitar al perro de alguna otra manera que pueda llevarlo a atacar.
El dueño fue negligente
Si el dueño no aseguró al perro correctamente (por ejemplo, no usó una correa o no permitió que el perro deambulara libremente), puede ser considerado legalmente responsable.
El perro tiene antecedentes de agresión
Algunas jurisdicciones consideran el historial de comportamiento agresivo del perro a la hora de determinar la culpabilidad del dueño de la mascota.
Si se trata de un perro que ya había mostrado signos de agresión o mordido a otra persona en el pasado, el caso de la víctima puede verse fortalecido.
Leyes locales sobre mordeduras de perros
Diferentes estados tienen distintas leyes. Algunos siguen reglas de “responsabilidad estricta”, donde el dueño es responsable, independientemente de si sabía o no que su perro era peligroso. Otros estados pueden requerir prueba de negligencia.
Saber cómo evitar un ataque de perro es importante. Pero en caso de ocurrir un ataque, se pueden tener motivos para emprender acciones legales, si se cumplen las condiciones mencionadas.
¿Cuáles son las defensas típicas frente a una demanda por mordedura de perro?
En un caso de mordedura de perro, los acusados suelen recurrir a ciertos argumentos para intentar reducir o evitar la responsabilidad. Sin embargo, es posible perseguir acciones legales si se cumplen ciertas condiciones.
Defensa de provocación
El dueño de la mascota puede intentar defenderse afirmando que la víctima provocó al perro burlándose de él, atormentándolo o hiriéndolo, y que eso provocó la mordedura.
Si se pudiese probar la provocación, esto podría reducir o eliminar la responsabilidad del acusado, especialmente en estados con leyes de “responsabilidad estricta”.
Defensa de allanamiento
Si la víctima se encontraba ilegalmente en la propiedad donde ocurrió la mordedura, el acusado puede argumentar que no es responsable porque no tiene ningún deber de cuidado hacia los intrusos.
En muchas jurisdicciones, los dueños de perros no son responsables de las mordeduras que ocurren a alguien que ingresa sin permiso en su propiedad.
Asunción de riesgo
Si la víctima se acercó al perro a pesar de una advertencia clara o de ser consciente del peligro potencial, el acusado puede argumentar que la víctima asumió el riesgo.
Por ejemplo, si se colocó un cartel de “Cuidado con el perro” y la víctima lo ignoró, el acusado puede afirmar que la víctima asumió el riesgo de sufrir lesiones.
Falta de conocimiento de la ferocidad del perro
En los estados que siguen la “regla de una mordida”, el acusado podría argumentar que no tenía motivos para creer que su perro era peligroso o que era probable que mordiera porque no lo había hecho antes.
Esta regla se aplica normalmente a situaciones en las que el dueño no tenía conocimiento previo de las tendencias agresivas del perro.
Negligencia comparativa o contributiva
Algunos estados permiten a los acusados argumentar que la víctima fue parcial o totalmente culpable de la mordedura, lo que puede reducir o eliminar la responsabilidad.
Por ejemplo, si la víctima tenía un comportamiento arriesgado cerca del perro o no siguió las instrucciones del dueño, el acusado puede argumentar negligencia contributiva.
Cumplimiento de la ley o reglamentación
Si el dueño del perro cumplía plenamente con las leyes locales sobre correas, registro u otras reglamentaciones, este podría argumentar que actuó razonablemente de acuerdo con la ley, lo que podría servir como defensa parcial o total.
Cada una de estas defensas varía en eficacia según las leyes estatales, ya que los estatutos sobre mordeduras de perros pueden diferir significativamente según la jurisdicción.
¿Qué compensación se puede esperar como consecuencia de una mordedura de perro?
En un caso de mordedura de perro, la compensación puede cubrir varios tipos de daños, que a menudo se dividen en tres categorías principales: daños económicos, daños generales y, en algunos casos, daños punitivos.
Daños económicos
Se trata de costos tangibles relacionados con la lesión, que a menudo cubren:
Gastos médicos
El costo de la atención de emergencia, cirugías, estadías en el hospital, medicamentos, fisioterapia y cualquier tratamiento médico futuro relacionado con la mordedura. Además, las mordeduras de perro pueden provocar cicatrices físicas y psicológicas duraderas. La compensación puede cubrir asesoramiento o fisioterapia para ayudar a la víctima a recuperarse.
Salarios perdidos
Si la lesión impide que la víctima trabaje, se le puede compensar por la pérdida de ingresos durante la recuperación. Esto también puede cubrir la pérdida de potencial de ingresos en el futuro si la lesión causa una discapacidad a largo plazo.
Daños a la propiedad
Si alguna propiedad personal (como ropa o accesorios) resultó dañada durante el incidente, la víctima puede recibir una compensación para reemplazar o reparar estos artículos.
Daños no económicos
Se trata de costos subjetivos, no tangibles, que varían ampliamente y dependen del impacto de la lesión.
Dolor y sufrimiento
Las víctimas pueden recibir una compensación por el dolor físico que sufrieron y el sufrimiento resultante de sus lesiones.
Angustia emocional
Una mordedura de perro puede provocar problemas emocionales duraderos, como ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático. La compensación por angustia emocional puede ayudar a cubrir el impacto psicológico de la mordedura.
Pérdida del disfrute de la vida
Si la mordedura afecta la capacidad de la víctima para disfrutar de pasatiempos, actividades o su calidad de vida en general, se le puede compensar por esta pérdida.
Cicatrices y desfiguración
Las mordeduras de perro pueden causar cicatrices importantes u otras desfiguraciones físicas, especialmente en partes visibles del cuerpo como la cara, lo que puede dar lugar a un pago más alto.
Daños punitivos
En algunos casos, el tribunal puede otorgar daños punitivos si las acciones del dueño del perro fueron particularmente imprudentes o maliciosas. Este tipo de compensación tiene como objetivo castigar al acusado y desalentar un comportamiento similar.
Estos daños son poco frecuentes en los casos de mordeduras de perros, pero pueden aplicarse si, por ejemplo, el propietario permitió a sabiendas que un perro peligroso deambulara libremente o alentó un comportamiento agresivo en el perro.
El monto de la compensación puede variar ampliamente, dependiendo de ciertos factores.
- Gravedad de la lesión: Las lesiones más graves suelen resultar en una compensación más alta.
- Impacto en la vida de la víctima: Si la mordedura afecta la capacidad de la víctima para trabajar o conduce a una discapacidad a largo plazo, la compensación puede aumentar.
- Leyes locales y límites a los daños: Algunos estados tienen límites a los daños no económicos, que pueden limitar la cantidad que una víctima recibe por dolor y sufrimiento.
- Historial del propietario con el perro: Si el propietario sabía que el perro era peligroso, podría aumentar la compensación.
Los montos de compensación en los casos de mordeduras de perros pueden variar desde unos pocos miles de dólares por lesiones menores hasta sumas de seis cifras (o incluso más) por lesiones graves, desfiguración o casos que involucran daños punitivos.
¿Cuánto tiempo hay para presentar una demanda por mordedura de un perro?
En los Estados Unidos, el plazo de prescripción para presentar una demanda por una lesión por mordedura de perro varía según el estado, pero normalmente oscila entre uno y tres años a partir de la fecha de la lesión.
Algunos estados, como California y Texas, tienen un plazo de prescripción de dos años para las demandas por lesiones personales, incluidas las mordeduras de perros. Estados como Nueva York tienen un período de tres años para presentar una demanda.
Si no se presenta la demanda dentro del período especificado por su estado, se puede perder el derecho a solicitar una indemnización.
Excepciones
Ciertas situaciones pueden extender o acortar este plazo:
- Menores: si la víctima es menor de 18 años, el plazo de prescripción puede comenzar a partir de la fecha en que cumple 18 años, lo que le otorga más tiempo para presentar la demanda.
- Regla de descubrimiento: si la lesión o sus efectos no fueron inmediatamente evidentes, algunos estados permiten que el plazo comience a partir de la “fecha de descubrimiento”.
- Ausencia del acusado: si el acusado (el dueño del perro) abandona el estado, algunos estados suspenden el plazo de prescripción hasta que regrese.
Dado que los plazos de prescripción pueden variar y están sujetos a reglas específicas, puede ser una buena idea consultar a un abogado familiarizado con las leyes de mordeduras de perros del estado en el que ocurra el incidente.
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